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La comprensión moderna de Lean Construction ha evolucionado a lo largo de varias décadas y se basa principalmente en el conocimiento adquirido a partir de experiencias pasadas. Sin embargo, en el mundo actual, el conocimiento y el desarrollo están evolucionando de manera acelerada. Por ello, hoy podemos observar como algo comúnmente utilizado puede quedar obsoleto de la noche a la mañana. Para comprender esta perspectiva en general, y entender el desarrollo futuro y sus diversas perspectivas, debemos, en primer lugar, echar un vistazo al pasado.

La base de la primera revolución industrial se estableció en 1784 con el primer telar mecánico. Impulsada por la introducción de instalaciones de manufactura mecánica alimentadas por agua y vapor. La industrialización inició una nueva era de producción. Fue un siglo caracterizado por la producción de carbón. Para la fuerza laboral significó explotación infantil, salario mínimo, un aumento de accidentes laborales y lesiones. Dejando de lado lo negativo, fue la primera vez que la producción aceleró la productividad a una nueva dimensión. Aunque el flujo en la producción aún no estaba desarrollado, las máquinas nos permitieron producir más y más piezas por estación de trabajo y por trabajador.

La primera línea de producción en 1870 simboliza la segunda revolución industrial. La energía eléctrica aumentó la capacidad de producción. Nació la producción en masa y mostró el potencial de un flujo de producción continuo. Trabajadores bajo salarios mínimos y, dada la naturaleza del empleo, con poca necesidad de conocimiento específico, ayudaron a aumentar la productividad. Al mismo tiempo, los productos idénticos y las tareas repetitivas hicieron que el trabajo fuera aburrido y tedioso. Sin embargo, la estandarización de la calidad y los precios bajos ofrecieron a la mayoría de las personas un nuevo estilo de vida, al tener acceso a automóviles, lavadoras y a diversos artículos que en el mundo moderno de hoy son completamente normales. Fue la primera vez que se estableció, mantuvo y desarrolló un flujo sistemático a lo largo de los años.

En 1969 comenzó la tercera revolución industrial, con el primer controlador programable. El amanecer del software cambió la forma de producción, de mecánica a electrónica. Al utilizar electrónica e informática, se asentó la automatización de la manufactura. Los trabajadores desarrollaron nuevas habilidades y se convirtieron en especialistas profesionales. Los productos cambiaron de forma y variaciones para competir en diversos mercados. Nació el flujo variable de piezas individuales.

Source: DFKI, 2011

En algunas industrias, la cuarta revolución industrial ya ha comenzado. Todas las máquinas y procesos están vinculados virtualmente (Internet o economía de las cosas) y la inteligencia artificial formará la base del nuevo siglo de la producción. Algunos ya llaman a esto parte de la quinta revolución industrial. No habrá producción en masa, sino productos personalizados con ciclos de vida, donde los clientes serán desarrolladores parciales, llamados prosumidores. Los trabajadores están y estarán cada vez más involucrados en el desarrollo del producto y en la producción. El flujo del futuro ya no será construido y mantenido por humanos. El flujo del futuro será algorítmico.

Otras industrias se están moviendo rápidamente hacia esta nueva era. Desde la logística digital como Amazon hasta líneas de producción sin una línea constante. El flujo del futuro será individual para cada pieza y trabajador. El flujo será cada vez más creado y sostenido por inteligencia matemática para equilibrar el flujo general con los flujos individuales de millones de productos.

La industria de la construcción ha desarrollado muchas innovaciones nuevas en los últimos diez años. La mayoría de ellas están en el campo de la digitalización. Por lo tanto, el sector de la construcción parece estar enfocándose en la transición de la tercera a la cuarta revolución industrial. Gemelos digitales, redes digitales y drones en obra son solo algunos ejemplos de las innovaciones en construcción. Sin embargo, todavía hay muchas cosas que van rezagadas y son esenciales para nuevas innovaciones. Por ejemplo, el flujo en la construcción nunca alcanzó el nivel de la segunda revolución como en otras industrias. El flujo en el sitio de construcción fue y sigue siendo centrado en el proyecto y en las personas. La tecnología facilita todo esto, pero no lo lidera hacia una construcción efectiva como en la producción. El mantra de los profesionales de la construcción es que "la construcción no es comparable con la producción". La construcción es demasiado volátil, demasiado única, demasiado compleja, etc., para los métodos de producción.

Para ser claros, estos argumentos surgen en todos los procesos de producción en todo el mundo. Por lo tanto, la construcción no es especial o única como muchas veces nos lo hacen creer. Todas las industrias tienen problemas similares y se ven obligadas a reducir las variaciones y la flexibilidad del producto para sobrevivir en el negocio. La construcción simplemente nunca tuvo tal compulsión. La construcción es una necesidad básica en la sociedad, con una demanda continua desde los inicios de la humanidad. Mientras existan clientes, existirá la demanda. Sin embargo, los métodos modernos de producción nunca se establecieron y el sector de la construcción ha sufrido una falta de productividad desde entonces.

La cuarta revolución, especialmente el flujo algorítmico, traerá consigo muchos aspectos positivos. Elevarán a la industria a un nuevo nivel de agilidad y flexibilidad manteniendo la eficiencia. Por lo tanto, hay esperanza de que los dos factores clave: la productividad y los procesos, puedan revolucionar toda la industria al monetizar todos los créditos y eficiencias que se han perdido en los últimos 200 años. Podría ser el punto de partida de un milagro económico para toda la industria. Sin embargo, como en todas las industrias, este nivel nunca se logrará simplemente alcanzando las innovaciones actuales. El sector de la construcción seguirá atrapado en la misma trampa de la innovación de siempre, si no solucionan el desarrollo faltante de las eras industriales anteriores. Los dispositivos más inteligentes no llevan nuestro trabajo al siguiente nivel. Solo nos están ayudando y reduciendo los retos que existen hoy por hoy en el sitio.

Está claro que el flujo algorítmico no sucederá de la noche a la mañana, incluso si estamos alcanzando todos los métodos de producción. Todo tomará tiempo. Al igual que con los autos autónomos, habrá niveles de automatización para acercarse al flujo del futuro. Con cada nivel obtendrás una visión cada vez más general, más opciones y más velocidad de flujo.

¡El flujo algorítmico es el catalizador para la construcción 4.0 y un flujo de producción sistémico es el puente que nos permitirá alcanzarlo!

Por lo tanto, si evalúas tus desarrollos futuros, siempre ten en cuenta: si no lo puedes escalar, no es el futuro.

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Desde 2013, Janosch Dlouhy impulsa la implantación de Lean Construction, Lean Design y Lean Equipment en el Departamento de Construcción del Grupo BMW. En el Instituto Alemán de Construcción Lean (GLCI) es responsable del grupo con sede en Múnich. Está terminando su tesis doctoral en el Instituto de Tecnología de Karlsruhe (KIT) con el tema Takt Planning and Take Control. Su tesis de máster sentó las bases en Takt Planning and Take Control y fue galardonada con el Premio AGI en Aquisgrán. Con Marco Binninger es el fundador de la start-up de software TAKT.ing - un Software de Taktplanning que soporta Proyectos Takt de forma gratuita.


Tras licenciarse en Ingeniería Civil en el Instituto de Tecnología de Karlsruhe, Marco Binninger profundizó sus conocimientos sobre la filosofía lean en Porsche Consulting. En 2012 comenzó a aplicar la idea lean en una empresa alemana de construcción general weisenburger bau. En 2015-2016 Marco Binninger trabajó en el extranjero como Jefe de Lean Enterprise en SWISS PROPERTY AS en Estonia hasta que regresó a weisenburger bau, donde ahora lidera un equipo de entusiastas del lean. Marco Binninger está terminando su doctorado en el Instituto de Tecnología de Karlsruhe en el campo de Takt Planning y Takt Control. Además, desde 2015 es miembro del German Lean Construction Institute (GLCI) y responsable del Regional Practice Group Karlsruhe. Junto con Janosch Dlouhy fundó TAKT.ing.


Alonso es ingeniero civil por el Tecnológico de Monterrey, en donde actualmente se desempeña como docente siendo líder de la concentración "Eficiencia y Digitalización de la Construcción". Además es líder de implementación Lean Construction en Constructora Chufani. Su pasión radica en la innovación con el objetivo de optimizar recursos para crear un mundo cada vez más justo y sostenible. Constantemente fomenta la transformación de la competencia hacia la colaboración en la industria de la construcción.